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  • Foto del escritorLara María Bertolini

Atrapamuros – Organización popular en cárceles

Personas trans desconectadas obligadamente de la sociedad y la legalidad


He aquí la transcripción de mi participación respecto de la Unidad IV de Ezeiza además de transmitir conocimientos, nos brindaron información violatoria de los DDHH a las personas trans. Agradezco a Laura de Atrapamuros por ejercer de escriba en esta acción de promoción y defensa de derechos:


Mi cuerpo es mío.

Presentación.

¿Qué es para ustedes la vulneración o la violencia?

Las compañeras comienzan a decir palabras tales como: Maltrato, relaciones, trato, familia y audiencia. A lo que Lara responde que es todo aquello que te incomoda y que en segunda medida te perjudica. Luego hablamos de las microviolencias y micromachismos, que son las metodologías que los hombres usan para controlar y que la mujer suele reproducirlo y descargarse con lxs otrxs. Así hablamos de la cultura de la violencia contra la mujer, de cualquier forma, ya que está institucionalizada en la sociedad. Se ha convertido en natural y así es aceptada. Por lo que el hombre hace que la mujer se sienta responsable, quitándose la culpa.


Lara preguntó si conocíamos las leyes que ampara a las mujeres y que nos sirven de apoyo para sustentar las luchas por nuestros derechos que pueden ser vulnerados y necesitamos defenderlos:


-Entre ellas salieron las leyes de salud y la ley contra la violencia. Lara comenta que las acciones más efectivas son las colectivas, logradas mediante acuerdos. Ellas nos cuentan que se organizan tras audiencias escritas, pero a su vez dicen que es difícil llegar a acuerdos.


A lo que Lara dice:

– Que “el enemigo es el que está afuera y nos violenta”, por lo que el reclamo es para el aparato. Por lo que es necesario “aclararles que ustedes saben sus derechos”. Así nos cuentan lo sucedido el 8M en el pabellón 24, que fueron reprimidas las compañeras por personal masculino.


A lo que Lara dice:

– qQue hay formas de reclamos que suelen incitar a la violencia, por lo que hay que ser inteligentes en las acciones, no debemos provocar al perro carcelario, su respuesta es el adoctrinamiento, la saña, el golpe, la vejacion, como único fin promover e instaurar el miedo.

También necesitamos apoyarnos en las fiscalías que defienden los derechos de las personas. De este modo, preguntamos cuántas compañeras trans hay en el penitenciario y nos comentan que alrededor de 30 o 40 compañeras entre los pabellones 25, 28, 24, 29, 26, 17, 30 y 31, y que solo en el pabellón 11 hay 23 personas trans.


Ante nuestra sorpresa, porque nos habían dicho que solo había 6 compañeras; les preguntamos porque no vienen a los talleres. A lo que nos dicen que han ido, pero que no se han anotado actualmente. Nos cuentan que los miércoles a la mañana hay reuniones solo de chicas trans en un centro cultural. Nos comentan que los derechos de las personas trans son vulnerados, que con ellas suelen realizar las requisas y los movimientos penitenciarios, agentes masculinos. Lo cual viola el protocolo hecho recientemente por la ministra Bullrich.


Lara comenta que el 8M fue tomado bandera de reclamo y defensa por todas las identidades violentadas por los hombres y el machismo. Que ha estructurado y normalizado a la sociedad y las personas que lo habitan. Que ha categorizado con lo que hay debajo de la bragueta y no por lo que es como persona. Por lo que las identidades disidentes lo incomodan, sobre todo si también lo desean, y como deben permanecer bajo la categoría de macho; ese sujeto va a alejar o eliminar, nunca aceptar, a esa identidad que rompe con su estructura.


De este modo empezamos a hablar de los roles que tenemos asignados por esta sociedad patriarcal, donde las mujeres somos el sostén de la familia y el hombre es el proveedor. Estas mujeres son las que sostienen esta sociedad y por lo tanto al machismo, pero hoy se han organizado y piden por la equidad. Esto al hombre lo alerta y lo frustra por perder su lugar central, de proveedor y por no poder cumplir con otro rol; por no saber acompañar a una mujer promotora, como tampoco a sostener su familia. Por lo que ese lugar de macho provoca que el hombre no pueda ganar menos que su mujer, como tampoco cuidar a su familia. Por lo que busca a una compañera o a una tía o abuela que se encargue de sus hijos para poder seguir con su rol de proveedor o simplemente se van.


¿Cuántas mujeres conocemos que tienen muchas hijXs y los cuidan solas?

¿Cuántos hombres?

¿Qué sucede con las parejas que salen las mujeres a ganarse el mango?

Fueron algunas de las preguntas que fueron saliendo y que respondimos entre todas.

¿Porque asumimos el rol alternante?


Porque es una imposición cultural, que es determinada por la formación que nos da nuestra familia y que nosotros arrastramos en nuestra vida hasta que lo replicamos en nuestra familia o en cierto espacio de la sociedad. Pero cuando se da un cambio estructural, comienza a trastocarse todo y a darse una lucha de poderes. Por lo cual es necesario pensar en la posibilidad de un matriarcado, pero el hombre se siente menos al estar equiparado a una mujer por lo que hay que dar una batalla simbólica aún. A todo esto, debemos pensar en las personas trans quienes sufren una violencia mayor, y ni hablar si es extranjera. Ya que son expulsadas por su familia y la sociedad, abandonadas; todo esto parte de la vida trava.


Por lo que suelen abrazar su soledad hasta conocer a nuevas compañeras, y deben sobrevivir bajo trabajos sexuales que a su vez la hagan sentir amada, deseada. Y en el ámbito carcelario, están sin visitas ni quien siga su causa para que no se estanque en el sistema.

Por otro lado, nos nombraron a los compañeros trans varones. Pero no pudimos profundizar en el tema.


Hoy en las cárceles en Argentina en las unidades donde se encuentran mujeres femineidades y masculinidades trans, el heteropatriarcado y el machismo son los reyes del destino, imponiendo su absolutismo en un poderío sancionatorio, estigmatizante, odiante hacia las identidades cis y trans.


Para nada en el mundo carcelario de mujeres ves Guardiacárceles mujeres con autoridad, se ve en cambio como el macho propala su olor de poder, como orinando cada espacio, marcando terreno siendo estas oficiales simples zombies de un aparato, viejo, condenatorio y violatorio en donde las mujeres, femineidades y otredades son sometidas a los vejámenes del Aparato del Servicio Penitenciario.

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